miércoles, septiembre 11, 2013

What's the anthem of your dreams?

Do you care about this? Do you care about your life? 
I mean, if you get furious, if you cry,
 if you really, really care about things, and people, 
and what happened and what will happen. 
Do you care if the soup is cold ir if you're getting fat or fit? 
If the sun is too annoying today or if your friend is OK.
 If you will pass the exams or study that subject in the university 
or if you have thousand of messages to answer. 
If your headphones work, if you're able to do something. 
Everything matters?
Nothing worth the effort, the tears, the cold skin?
You don't even know if your thoughts are right.
Nobody knows the truth, is it?
What the hell do you wanna do know, darling?


sábado, agosto 03, 2013

You know when you see the sea and you feel like crossing it by youself?

The sea is endlessly but you think you could do it anyway. So when you go to the beach, you put your swinsuit on and you go ahead to the sea. You start swimming. After a while you get afraid because you don't touch the sand and you can't see if there are fish under you. You think you've just gone too far from what you've always known. You become coward because of what? There are no reasons but you don't swim anymore. You consoles yourself saying that you need some goggles to see the fish and all the creatures who live in the ocean. You come back to the seashore and you sunbathe.

And that's how life feels like. 




martes, julio 30, 2013

Detrás de esta nada hay otra nada


Noa rara vez hablaba. Le gustaba permanecer en silencio y escuchar. Mientras que a Vil le encantaba charlar, sobre todo de sí misma. A veces Noa recibía sobredosis de palabras y tragaba con dificultad, apretando la mandíbula hasta que Vil dejaba de hablar. Lo soportaba porque Vil nunca pudo decir nada. Nunca pudo controlar nada. Y eso Noa lo entendía, aunque perteneciese al pasado. El volcán entraba en erupción cuando Vil no era capaz de entender las expresiones faciales de Noa. Le preguntaba. Le preguntaba. Le preguntaba. Noa no quería sabía responder. Le disgustaba explicarse, decir lo que pensaba en ese preciso momento resultaba ser algo incómodo. Fruncía el ceño hasta que dos arrugas quedaban pulcramente marcadas en su frente. También le incomodaba que le analizasen. Ya se analizaba Noa justo antes de cerrar los ojos. Y nunca acertaba. 

- STOP -

Vil removía su taza todas las mañanas a las nueve y media, siempre con el pijama mal puesto y odio en sus ojos. Madrugaba porque podía. Se tomaba el café porque podía. Estudiaba física porque podía. Sólo eso. Todas las mañanas perdía el bus para verlo marcharse sin ella dentro. Esbozaba una media sonrisa y manchaba sus zapatos para destruir algo hermoso y limpio a pesar de que después desperdiciase las noches limpiándolos. Le gustaba recordarse que podía destruirse con facilidad. Introducía el dedo en la herida para sacar las astillas. Y nunca gritaba. 


sábado, julio 13, 2013

Muerte nº 16

Que yo me enamorase nunca entraba dentro del orden natural de las cosas. 
Porque, ya sabéis, hay gente que se abre el pecho 
y se destripa el alma cada madrugada a las 6, todos los atardeceres con la cara sonrojada, 
una acumulación de la sangre derramada en todas las guerras existentes. 
Pero yo no tenía tantas combinaciones de llaves para una sola coraza, 
tampoco el tiempo de estar construyendo en una fábrica mental una jaula muy bonita. 
Yo siempre había preferido amar lo etéreo y lo eterno. 
Con un acento y una ene de diferencia.
Yo era más de apreciar cosas matemáticamente perfectas como la música,
inalcanzables como el azul del mar o el amarillo de la Luna.
Yo era más de amar canciones de The XX y de Yann Tiersen y de Crystal Castles.
Más de apreciar los labios a distancia, los abrazos que no te oprimían los omóplatos
ni te destrozaban las alas que nunca tuviste, pero que casi. 
Porque casi no existes, y si no eres ni estás entonces pueden crearte y hacerte perfecta. 
También amaba personas. Pero por lo general, todas estaban bajo tierra
junto a las raíces de los árboles y el agua correteando.
Siempre decía que el amor tenía dos factores:
la carencia de cualquier tipo y la imposibilidad.
A mí me querían demasiado,
me necesitaban demasiado
y juntar ambos verbos me hacía tiritar del miedo,
me hacía apretar la mandíbula y soltar algún que otro manotazo
y soltar con un grito <<¡No soy una mitad extraviada!>>.
Les costaba entender que no era propiedad, que no se podía vivir 
donde había sequía e insolaciones a causa de un precioso Sol.
No necesitaba más que el atardecer en verano,
un mar en vez de ojos, una sonrisa con curvas mortales 
(no importaba quién fuese el culpable).
Así que cuando todo explotó por los aires como una película de alto presupuesto
nacieron galaxias y no mariposas, no era rojo en las mejillas sino unos ojos acuarela.
Yo sabía que no era enamorarse, era enamorirse.  
Sentí que moría por decimosexta vez, más que morar por la laguna Estigia. 
No quería el recipiente, el tetrabick de la leche ni un montón de carne.
Sólo quería amar cosas etéreas,
pero es que ese cuerpo sólido moriría algún día
tal y como yo había muerto en mi portal,
en la acera, leyendo un libro, rompiendo auriculares,
ventrículos, rayuelas, Magas que nunca existieron.
Comía, dormía, sonreía, pensaba, ya sabéis. Ya nadie está loco,
no hay personajes de Shakespeare vivientes ni hechos reales basados en guiones.
Yo daba un ligero beso en la mejilla y me apartaba sofocada,
las malas costumbres nunca cambiarían. 
Pensé que todos queríamos a alguien cuyos demonios se entendiesen con los nuestros
aunque fuésemos nosotros el demonio y nuestro cuerpo la persona
con ojos, boca, clavícula, columna vertebral y unos pies para, ya sabéis, perseguir sueños.
Pero no me hacía falta. De verdad, aún siendo mitad era un círculo redondo,
sin brechas, las grietas siempre internas. Sabía que si me congelaba
sería de dentro para fuera a causa de la carcasa térmica. 
No necesitaba dolor ni películas. Yo ya creaba películas y todo lo importante
en una hoja en blanco y un lápiz, fáciles de destrozar.
Supongo que ya sabéis como sigue. 


jueves, junio 27, 2013

After all

Me pediste que me cortara el pelo.
Me lo corté.
Me pediste algo contra el frío
y de mis recuerdos saqué un abrazo
de oso, de león, de gato.
Me pediste algo que morder
y traje más piel y más carne
envuelta en cajas rojas y olores dulces.
Me pediste algo etéreo pero tangible
y te ofrecí la canción que duerme
en mi ventrículo izquierdo, resguardada.
Me pediste algo con lo que llorar
y te confesé quién era realmente
(esa burbuja pequeña que explota
provocando el llanto de un niño...)
Me pediste una cuerda para tu desidia
te di un tercio de la mía, y, en fin,
fue más que suficiente.
Me pediste ser sólo una opción
y te elegí cada viernes (pudiendo
 no hacerlo) a las nueve.





Te invento. Y basta, siempre basta.

(bisturí)

Aunque llegue tarde, 
ya estoy aquí


Quítate las espinas, no dejes que tu sangre pinte el suelo.
No eres una flor, de lo contrario no te dolerían las cosas.
No gritarías ante el pinchazo.


Gravity don't mean too much to me, 
I'm who I've got to be. 
These pigs are after me, after you... 
Run away like it was yesterday, 
and we could run away, If we could run away, 
run away from here. (aliciente)




sábado, marzo 16, 2013

Mis espinas no pinchan, no hacen sangrar,
no pincharán nunca y no seré nunca humana.
No quiero olvidar el dolor.
No quiero olvidar el dolor.
Porque él no me olvida a mí,
me busca, me observa, me peina,
me quiere, me escribe.
No quiero olvidar quién soy,
o más bien quién no soy,
al menos hasta que el hambre
pueda enamorirme hasta yacer
y ser un número, un trozo de tierra,
unas flores bellas, oh, ya marchitas.
Alguien las tira, instala otras.
Nada más, nada más,
déjenme ser ceniza, por favor.
No me hagan soñar más,
no tengo más aliento


lunes, febrero 11, 2013

Sigo viviendo bajo el mismo cielo


Llevar toda una vida intentando ser con esa esperanza, ¿cómo se llamaba? Ah, sí, futuro, que te incita a seguir intentando mostrarle un cuadro a un ciego, no hablemos de esas personas que no tiene vista pero pueden verlo todo, hablemos de esas personas con vértices que no son vértices, esas personas con películas transparentes en los ojos sucias y llenas de botellas de ron, y a esas no se les puede enseñar un cuadro, verán manchas, verán siluetas coloreadas y algunas líneas, nada más, y dirán que es romántico mientras se enfundan el abrigo porque tienen frío, tienen hambre, tienen ganas de irse. Más narcisos que la flor, todo ignoran y qué felices, qué elevada comisura de los labios que esbozan cada poco tiempo, sin esfuerzo. Pero yo estaba hablando de ser, hablar de algo que no tienes que no eres que no tendrás a no ser que te asesines yendo por la ruta irregular. Imaginad que os asesináis, caminando por la acera con un pulmón destrozado pero con una amplia sonrisa, las cejas perfectamente hechas y las uñas largas. Tu asesinato en forma de cigarro, de un cuarto sin ventanas, de una noche sin luna ni estrellas, el cielo encapotado y la presión sanguínea dando la nota. Ser la presión sanguínea de alguien, ir por sus venas hasta llegar al ventrículo izquierdo y volver a irse por el conducto azul, volver e irse, volver e irse. No existe. 



 

Y es que siempre que abro la persiana todas las ventanas están cerradas.
Quizá no mire lo suficiente.

jueves, enero 10, 2013